Para comprender la evolución de una Teoría de la Mente, necesitamos comprender los factores selectivos que podrían haber impulsado su evolución inicial. Argumentamos que una apreciación subconsciente y reflexiva de las intenciones, emociones y perspectivas de los demás está en las raíces incluso de las formas más complejas de Teoría de la Mente y que estas habilidades pueden haber evolucionado porque la selección natural ha favorecido a los individuos que están motivados para empatizar con los demás y atender sus interacciones sociales. Estas habilidades son adaptativas porque son esenciales para formar vínculos sociales fuertes y duraderos, que a su vez mejoran el éxito reproductivo. Primero revisamos la evidencia de humanos y otros animales que indican que las atribuciones de estado mental reflexivas y reflexivas están inextricablemente vinculadas y juegan un papel crucial en la promoción de vínculos sociales afiliativos. A continuación, describimos los resultados de babuinos hembras en libertad que muestran que los individuos que muestran altas tasas de comportamiento afiliativo forman vínculos sociales más fuertes con otras hembras. Estos vínculos, a su vez, están relacionados con la aptitud. Luego proporcionamos datos de tres tipos diferentes de desafíos sociales (inmigración masculina, cambios en el comportamiento de aseo después de la muerte de un pariente cercano y respuestas durante los experimentos de reproducción), lo que sugiere que las mujeres que manifiestan altas tasas de comportamiento afiliativo también pueden estar más motivadas para anticipar desafíos, reaccionar de manera adaptativa a los contratiempos y responder adecuadamente a las interacciones sociales. Ludus vitalis (Traducción del resumen hecha con IA).

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